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Nacido en 1969, Buenos Aires, Rodolfo González del Solar da sus primeros pasos en las artes plásticas con el artista José María Suhurt. Toma clases de resina de poliéster con la escultora Marcela Aphalo, de dibujo con el pintor Jorge Demirgian y con el escultor Antonio Pugia y años mas tarde de escultura con Enio Lommi. Paralelamente se desempeña como iluminador y fotógrafo del estudio Weissmann. Se muda a la ciudad de Córdoba en el año 2002 y en el 2008 encuentra su lugar en Mendiolaza. Allí comienza a trabajar con formas cada vez mas ligadas a la naturaleza, sin desprenderse del erotismo que caracteriza su obra figurativa. Su escultura refleja analogías, juega con las formas del cuerpo humano y la naturaleza, poniendo en cuestión las leyes de gravedad. Su ardua curiosidad y necesidad de “alivianar las piezas” lo llevan a realizar la serie de los “Móviles”. La originalidad de estas esculturas del aire, ingrávidas y etéreas, le abren las puertas al mercado internacional y es invitado y seleccionado para exhibir un móvil de 8 metros de altura en el Hall Central de la Feria Internacional Art Miami (MIA).

Reseñas

«Nada es más ajeno a la obra de Rodolfo González del Solar que la idea de una forma congelada. El movimiento y la transformación de la vida atraviesan sus ejercicios cinéticos. La ondulación es su gran tema, del que compone múltiples variaciones, metáforas de una oscilación perpetua. Es en el ir y volver, abandonar y resistir, caer y recuperar, donde se despliega el movimiento y, sin falsas solemnidades, la existencia. La naturaleza, algo de la inmortalidad, impregna con soplos las más aparentes, rígidas materias en sus manos. Son intermitencias, palpitaciones, y por lo tanto juegos con el tiempo escapándose del instante, en permanente relación cíclica. De allí se desprenden sus observaciones y les da cuerpo y contención. Con una simple mutación de intensidades, los elementos – fundamentales – se derraman, se dilatan, se crispan, evocando su presencia en nuestras interioridades. Y la resonancia anímica es inevitable. La mirada empática agradece sus visiones.»

Oscar Araiz 

Buenos Aires, Argentina | Mayo 2019

«Rodolfo González del Solar hiende el aire, para hacer la prueba de lo que parecerá, una vez materializada, su escultura, que conservara – es un amplio y puro milagro- una vez sostenida en el espacio. Por que las maravillas que salen de sus manos poseen ese levísimo equilibrio, que parece sobrenatural, fuera del mundo y de sus leyes de gravedad. Y si la pieza adquiere un cuerpo algo mayor, el milagro continua invariable, porque iguales son las aerostáticas leyes que la dominan, y las piezas van adquiriendo una tonalidad mas celestial, tal vez para acercarlas aun mas al origen del cual provienen.»

 

Cesar Magrini

Buenos Aires, Argentina | Mayo 2004

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